El edificio en el que se encuentra el hotel, está situado en la zona más antigua de la ciudad. Debido a ésto, durante las obras de restauración y acondicionamiento, afloraron numerosos restos de siglos pasados, llegando incluso a la época romana.
El edificio se construyó en su mayor parte en el siglo XVII, principalmente a la manera mudéjar, observándose en su fachada la falta de simetría en la distribución de ventanas.
Por esto y por la estrechez de la calle donde se encuentra, recuerda a casa de medina.
La puerta principal es de dintel con dovelas apoyado sobre recias impostas; algo resaltado el portal, pero sobrio como corresponde a casa de hidalgos castellanos. Al traspasarlo deberá pasar primero por el zaguán. La entrada está de forma que desde la calle no se distingue cosa alguna de lo que pasa dentro de la vivienda.
Quizás lo más llamativo del edificio sean los patios, uno grande con una pequeña galería, con arcos y medallones a la manera italiana, y una piscina donde refrescarse en verano o gozar del Sol resguardado de los fríos vientos del invierno,
y otro más pequeño pero con mucho encanto, con sus viejas columnas hexagonales entre cristianas y moras, y a donde miran las varias habitaciones que a él dan.
Por esto y por la estrechez de la calle donde se encuentra, recuerda a casa de medina.
La puerta principal es de dintel con dovelas apoyado sobre recias impostas; algo resaltado el portal, pero sobrio como corresponde a casa de hidalgos castellanos. Al traspasarlo deberá pasar primero por el zaguán. La entrada está de forma que desde la calle no se distingue cosa alguna de lo que pasa dentro de la vivienda.
Quizás lo más llamativo del edificio sean los patios, uno grande con una pequeña galería, con arcos y medallones a la manera italiana, y una piscina donde refrescarse en verano o gozar del Sol resguardado de los fríos vientos del invierno,
y otro más pequeño pero con mucho encanto, con sus viejas columnas hexagonales entre cristianas y moras, y a donde miran las varias habitaciones que a él dan.
Hasta el siglo XIX lo habitó la familia de los Dávilas, pasando después a ser casa de vecinos hasta los años 70. Se sabe por documentos que ya en el año 1831 vivían hasta trece familias en sus distintas habitaciones.
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