


Tras la toma de Jaén, pasa el rey la sede del obispo a ésta, pero dejando por su historia en Baeza la tercera parte del cabildo catedralicio, siendo así durante siete siglos.


Se utilizó como templo en un principio la antigua mezquita aljama, que ya en 1147 había servido de iglesia cristiana tras la conquista de Alfonso VIII bajo la advocación de San Isidoro. Tras la definitiva toma por los castellanos en 1227, se dedicó a la Natividad de Nuestra Señora.

En 1529 se planteó levantar una nueva catedral en estilo gótico, pero quedó prácticamente derruida en 1567 quedando solo los dos primeros tramos de la cabecera, que aún tienen sus bóvedas nervadas.



Destaca entre éstos el jesuita Juan Bauitsta Villalpando, matemático, filósofo, amigo y discípulo de Juan de Herrera. A este jesuita se deben la puerta principal de la Catedral, la Capilla Mayor y la cripta.

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