Resto de la antigua iglesia alfonsí del siglo XIII, es uno de los elementos más antiguos del templo.
Es un arco lobulado de herradura con alfiz rehundido, de estilo mudéjar. Sobre él destaca un
rosetón gótico del siglo XIV abierto en círculos concéntricos, decorados con hojas,
flores y cabezas, y coronado por una lápida sepulcral con la efigie del obispo S.
Pedro Pascual.
El mercedario valenciano S. Pedro Pascual fue prelado de
Jaén-Baeza, fundador del convento de los Mercedarios en 1280, que recibió el martirio en Granada, degollado el 6 de diciembre del
año 1300.
Su cuerpo fue depositado en la catedral de Baeza a
principios de 1302. En su orla se lee: SEPULCRUM DOMINI PETRI NICOLAS NATIONE VALENSIS
DEI ET APOSTOLICAE GRATIA EPISCOPI GIENNENSIS.ANIMA EIUS REQUIESCAT IN PACE.
AMEN.
Según cuentan las crónicas de la época, “temeroso Muley Mahomede de algún
castigo de Dios, tras haber degollado al obispo Pedro Pascual en Granada, mandó
que se avisase a la diócesis para que esta enviase por el cadáver. Fueron
gentes de Jaén y Baeza y, tras la disputa de hacia dónde había de conducir el
cuerpo del Obispo, se acordó colocarlo sobre una mula que no conociera el
terreno y que donde el animal guiase y llevara, allí quedase. La mula caminó
derecha hasta la catedral de Baeza y parándose bajo el atrio de la Puerta de la Luna , descabalgado que le fue
el cadáver, cayó muerta reventada".
Fue canonizado el 8 de febrero de 1674.
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